Los signos y síntomas del sangrado espontáneo son los siguientes:
- Sangrado excesivo e inexplicable por cortes o por lesiones.
- Muchos moretones grandes o profundos.
- Sangrado inusual después de las vacunas.
- Dolor, hinchazón u opresión en las articulaciones.
- Sangre en la orina o en las heces.
- Sangrado nasal sin causa conocida.
- En los bebés, irritabilidad inexplicable.
El proceso de coagulación es producido por determinadas partículas sanguíneas. La hemofilia ocurre cuando se presenta deficiencia en uno de los factores de coagulación y la misma se vuelve ineficaz (es decir, no detiene los sangrados).
Existen varios tipos de hemofilia y la mayoría son heredadas. Sin embargo, puede darse por una mutación espontanea (de novo).
Se puede asociar con lo siguiente:
- Embarazo.
- Otras enfermedades autoinmunes.
- Cáncer.
- Esclerosis múltiple.
- Sexo: la hemofilia casi siempre se presenta en los varones y se pasa de madre a hijo a través de uno de los genes de esta, que es portadora (no presenta signos y síntomas).
Sin embargo, algunas portadoras pueden presentar síntomas de sangrado si disminuyen moderadamente los factores de coagulación.
- Antecedentes familiares.
La incidencia anual es de 1 entre 5.000 nacimientos en varones y la prevalencia en la población se estima en 1 entre 12.000.